jueves, 2 de septiembre de 2010



.



De ese O a ti, es la ola que regresa para arrancarte el musgo de los ojos.


Los harapos que vagabundean tu carne,


la indigencia del corazón.


Y cuando las entrañas del océano te han devuelto de ese O,


el cielo responde con una sonora carcajada gris.


Admitámoslo, es tiempo de resguardarnos.



.