domingo, 31 de octubre de 2010




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Sonríe la habitación, siempre entra algo de aire fresco y algun secreto por el que brindar,


también tú.


No perderé el tiempo mirándote a la cara…


Tu lengua es un puñal que atraviesa mi espalda, si me doy la vuelta,


ejecuta la mano de uno de esos pobres “idiotas” que envenenas con mi nombre.


Escupo sangre después de una buena pelea,


merece la pena, pienso, si al final se encuentra tu beso destilado,


y un antídoto:


- tranquilo, estúpido, mañana lo que hoy es rio, desembocará en el mar de tu hombro…




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