sábado, 4 de diciembre de 2010



.


Te pierdo con cada golpe del despertador.


Te vas con la mano que se agita y el sueño que lo envuelve.


En la distancia soy un niño al que se le escapó un globo,


y sólo, hundido en tu recuerdo reconozco el amanecer resplandeciente si se eleva.


Pero el desgarrador grito de las calles aleja el ángel que te sostiene,


y quiero apuñalar esta ciudad con palabras que la desangren.


Hasta aquí me llega el rumor de otro continente, procede de tu edificio, silba una canción de


amor.