lunes, 27 de diciembre de 2010



.



Un año cualquiera empieza por los pulmones.


Y termina con mi cabeza apoyada en un retrete, intentando resucitar.


A medio camino queda el corte de las horas en la espalda de esta ciudad.


Tumbado boca abajo me recuerda que hoy es navidad,


donde las aceras se tiñen de rojo y yo dejo escapar una sonrisa apopléjica.

.