
Caminar, y a cada paso comprobar la fragilidad de la especie, su descomposición.
Pertenezco a la raza ingrata, la inconformista, LA PERVERSA.
Allí me celebro y participo.
Donde la quemadura agonizante frene la hemorragia de un mundo en perpetuo accidente. Donde sobreviva. Donde siga respirando.
Donde volver a cortar.
Mi vida como hombre me devuelve irremediablemente al origen.