domingo, 3 de octubre de 2010

                                                       

.



Llegó a ti inmundo y sediento, te ensucias, me das de beber



para descubrir el secreto que surge del otoño en tus ojos, octubre ya no se para.


Desapareceré con el tiempo y hasta donde pueda ser, te pertenece el lugar,


el tiempo y la piel, el beso, la tela de araña…


Recuerda esto, cualquier idiota puede escribir diecisiete mil versos redondos,


pero sólo seis se acostarán sobre el suelo de tu memoria.



.